24 de septiembre de 2025
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El hábito del ahorro no se construye de un día para otro. Como muchas conductas financieras, se aprende desde la infancia. Enseñar a los niños y niñas a ahorrar, incluso con un simple chanchito o alcancía, es el primer paso para que comprendan el valor del dinero y la importancia de planificar.
En esta nota te compartimos ideas simples y prácticas para acompañar a los más pequeños en su camino hacia la educación financiera.
¿Por qué es importante enseñar a ahorrar desde la infancia?
- Desarrolla responsabilidad: al separar parte de su dinero, aprenden que no todo se gasta de inmediato.
- Fomenta la paciencia: entienden que lograr una meta requiere constancia.
- Genera seguridad futura: un niño que sabe ahorrar se convertirá en un adulto más consciente de sus finanzas.
Ideas para enseñar a ahorrar jugando
- El clásico chanchito o alcancía
Entrega a tu hijo o hija una alcancía transparente para que vea cómo crecen sus ahorros. Esto les motiva y refuerza la idea de que “guardar hoy” tiene una recompensa mañana. - Metas claras y alcanzables
Invítalos a definir un objetivo concreto: un juguete, un libro o una salida. Así aprenderán que el ahorro tiene un propósito y que alcanzar esa meta depende de ellos. - Dinero como aprendizaje, no como premio
Cuando reciban dinero (mesada, regalo familiar, etc.), explícales que una parte puede destinarse a gastos pequeños y otra debe ir al ahorro. - El juego de los tres frascos
Una dinámica entretenida: tres frascos marcados como “Gastar”, “Ahorrar” y “Compartir”. Así los niños visualizan cómo distribuir su dinero en distintas prioridades.
Consejos para padres y madres
- Sé ejemplo: los niños aprenden imitando. Habla en casa de cómo ahorras.
- Refuerza el esfuerzo: celebra sus logros cuando alcanzan una meta.
- Usa herramientas digitales: a medida que crecen, muéstrales apps o simuladores para practicar educación financiera de forma lúdica.
El primer chanchito es mucho más que un juguete: es la primera escuela de educación financiera. Con paciencia, juegos y metas claras, estarás entregando a tus hijos un valor que los acompañará toda la vida: el hábito de ahorrar.