El disfraz más peligroso de Halloween: la suplantación de identidad

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27 de octubre de 2025 4 min de lectura
El disfraz más peligroso de Halloween: la suplantación de identidad

En octubre, las calles se llenan de niños disfrazados, calabazas de plástico y máscaras que buscan causar sustos. Todo parece un juego… hasta que recordamos que en el mundo real también existen disfraces mucho más peligrosos: los que usan los delincuentes para robar o suplantar tu identidad.

La suplantación no es un mito ni una leyenda urbana. Es un delito real que aumenta cada año en Chile,y deja víctimas con deudas, productos abiertos a su nombre y la sensación de haber perdido el control sobre su propia vida.

¿Qué es la suplantación de identidad?

Podemos imaginarla como si alguien se pusiera tu máscara y comenzara a caminar por el mundo como si fuera tú. En términos simples, la suplantación de identidad es el uso de tus datos personales (nombre, RUT, cédula de identidad, dirección, cuentas o claves) para hacerse pasar por ti y cometer fraudes.

Ejemplos frecuentes de suplantación de identidad

  • Cédulas clonadas: documentos falsificados casi idénticos al original, usados para abrir cuentas o pedir créditos.
  • Apertura de productos financieros: el delincuente solicita tarjetas, préstamos o créditos al consumo, pero usando tu nombre.
  • Compras y contratos a tu nombre: arriendos, servicios telefónicos o compras online con tu RUT y tus datos. 
  • Suplantación digital: perfiles falsos en redes sociales o acceso a tus cuentas para estafar a tus contactos.

En todos los casos, la víctima enfrenta consecuencias graves: deudas injustas, pérdida de tiempo en trámites judiciales, daño a su reputación financiera y, en ocasiones, un fuerte impacto emocional.

¿Cómo se comete este “truco”?

Los delincuentes no usan magia, sino información. La mayoría de los casos de suplantación ocurren gracias a pequeñas filtraciones de datos:

  • Un documento fotocopiado y dejado sin cuidado, o compartido en redes sin protección.
  • Una foto de tu cédula publicada o reenviada sin control.
  • Un correo de phishing donde entregaste tu clave por error.
  • Una base de datos expuesta en Internet.

Con esos datos, los criminales fabrican un disfraz perfecto para entrar al sistema financiero y hacerse pasar por ti. Igual que en Halloween, no necesitan tu cara real, solo una máscara bien hecha.

Ejemplos de fraudes por suplantación

  1. Apertura de cuentas con cédula clonada: el delincuente imprime un documento idéntico al tuyo, con tus datos pero su foto, y lo presenta para abrir un producto financiero.
  2. Créditos rápidos online: usando tu RUT y algunos datos básicos, logra acceder a préstamos de bajo monto.
  3. Instalación de billeteras digitales: con cédulas adulteradas o pruebas de vida falseadas, instala apps para autorizar pagos como si fueras tú.

¿Cómo prevenir que te roben la identidad?

La buena noticia es que existen maneras de protegerte y evitar que el disfraz funcione.

  1. Cuida tu cédula
    ●    No la entregues para cualquier trámite.
    ●    Evita enviarla por WhatsApp, correo o redes sociales.
    ●    Si debes mostrarla, exige que no la fotocopien o que bloqueen los datos sensibles.
  2. Protege tu mundo digital
    ●    Activa claves seguras y únicas para cada servicio.
    ●    Usa doble autenticación (2FA) en instituciones financieras, redes sociales y correos.
    ●    Desconfía de mensajes o correos que pidan claves o números de tarjeta.
  3. Haz seguimiento de tu información
    ●    Revisa periódicamente tus estados de cuenta.
    ●    Consulta si existen productos financieros abiertos a tu nombre.
    ●    Configura alertas en tu cooperativa o institución financiera para detectar movimientos sospechosos.
  4. Denuncia rápido ante las autoridades

Si ves movimientos extraños o productos que no solicitaste, informa inmediatamente a tu cooperativa o institución. También puedes denunciar en la PDI llamando al Fono 134 o a través del portal oficial de ChileAtiende.

En Halloween, los disfraces son parte de la diversión y las máscaras se caen al amanecer. En la vida real, el disfraz de un delincuente que roba tu identidad puede convertirse en tu peor pesadilla financiera y digital.

La diferencia está en tu prevención. Cuida tu identidad como cuidas a tus seres queridos en la noche más oscura del año. Porque, aunque los fantasmas y vampiros sean ficción, el monstruo de la suplantación de identidad es real… y siempre está buscando su próxima víctima.