Nuestros papás no fueron a clases de finanzas personales, pero igual nos enseñaron mucho. En el Día del Padre, vale la pena recordar esos consejos sencillos pero sabios que siguen vigentes hoy más que nunca.
1. No gastes lo que no tienes
“Si no te alcanza, no lo compres.” Así de simple. Antes de las tarjetas y los pagos en cuotas, era normal ajustar los gastos a lo que se tenía en el bolsillo. Hoy, ese consejo sigue siendo clave para no endeudarse innecesariamente. Vivir dentro de tus posibilidades es el primer paso para una buena salud financiera.
2. Siempre guarda un poco
Papá no tenía una cuenta de ahorro digital, pero sí tenía una lata, un frasco o un sobre donde guardaba un poco cada vez que podía. No importa cuánto ganes: el hábito de separar un monto —aunque sea mínimo— te prepara para imprevistos y metas futuras.
3. Cuida tus cosas (y tu plata también)
“No es por lo que cuesta, es por lo que vale.” Desde chico me enseñó que cuidar lo que tienes —una bicicleta, una chaqueta, una herramienta— es también una forma de cuidar tu dinero. Ser ordenado, evitar pérdidas y no gastar dos veces por descuido, es un ahorro invisible que suma mucho.
4. Compara antes de comprar
Antes de internet, mi papá iba a varias tiendas antes de decidir una compra. Preguntaba, anotaba precios y se tomaba su tiempo. Hoy tenemos apps, buscadores y comparadores, pero la lógica es la misma: no compres impulsivamente. Un poco de paciencia puede ahorrarte bastante.
5. La plata no lo es todo
Quizás la lección más importante. El dinero sirve, claro, pero papá siempre decía que hay cosas que no se compran: el tiempo en familia, la confianza, el trabajo bien hecho. Hoy, incluso en educación financiera, sabemos que el equilibrio es clave: la plata es una herramienta, no un fin.
